Parece que lo que más atormentó a Al Capone en su postrera estancia en Alcatraz fue que todo su imperio criminal se viniera abajo por algo tan tonto como no pagar al fisco.
Probablemente, una preocupación similar asalta hoy al sátrapa de Castellón y a su esposa: esta última, además, se ha negado a decirle al juez de dónde sacó su inmenso y reciente caudal.
No se trata aquí de comparar al mafioso, asesino y jefe de sicarios italo-americano con el “Curilla”, pero sí su reacción cuando, viéndode trincado por un asunto de menor cuantía, dice que él “no se vende por unos trajes”. Parece que todavía no ha comprendido el político valenciano la astucia de
Ya a través de la transcripción de sus conversaciones con los gürtel no parecía demostrar mucho talento expresivo el jerarca valenciano: exageradas muestras de cariño homofílico, vulgaridades genitales, etc., pero ha sido a partir de su primer contacto con
Aparte de la “señá Rita” le ha salido al Curilla otro defensor, que parece reintroducir la retórica cuarentayochista con lo de las “hienas bolcheviques” que atacan a Camps. No parece que la gente más sensata del PP (que la hay) se muestre muy satisfecha con las ocurrencias de este “intelectual”, al que creían desterrado junto el franquista Mayor, aunque sólo fuera para que les dejara cogobernar tranquilos en Euskadi. Desde luego, no se encuentra entre estos críticos el señor Rajoy, probablemente el político con pretensiones de poder más carente de iniciativa política de la democracia.
JGM
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