“Quid dignum tanto feret hic promissor hiatu?
Parturient montes, nascetur ridiculus mus.”
(Horacio Flaco. “Epístola III, a los Pisones)
“
¡Y haber esperado todo el verano para esto!
Es muy significativo el artículo que escribe Miguel Ángel Aguilar en El País de hoy (7/09/2010), : “ETA tiene quien le escriba”. Llama la atención que el autor de esa doble columna no haga ningún juicio político sobre el comunicado. Y es que no merece ninguno. Más que los policías o los politólogos, habrán de ser los comentaristas de textos quienes traten de vislumbrar qué demonios proponen esos desalmados en su chusco comunicado. Parece como si los autores, dedicados full time a quemar contenedores y autobuses, no hubieran pisado la ikastola.
Dentro de la retórica duplicativa que señala el autor del artículo, nos llama la atención el orden del par decisión-reflexión. Nos recuerda el dictum de
Ya desde el primer párrafo dirigen el comunicado al pueblo vasco. Pero vamos a ver, señores y señora comunicantes: Primero, Euskadi es una comunidad autónoma, no un estado soberano independiente. Segundo, la mayor parte de los estragos y asesinatos los ha cometido su banda a lo largo de todo el territorio nacional, incluso muchas de las víctimas habidas en Euskadi no eran vascas; por lo tanto, si buscan alguna comprensión o alguna medida de gracia tendrán que dirigirse al Estado central, a las CAs, AVTs, etc. A señalar que alguno de los antiguos miembros, ya separados de la banda, han pedido perdón a sus víctimas e intentan resarcir en lo posible los daños causados.
Tampoco les hubiera ido mal mirar a quién tienen enfrente, porque parece que el mayor deseo del señor Rubalcaba antes de jubilarse es el de meterlos a todos en la cárcel.
Resulta curioso también el uso desiderativo que hacen del lexema “democracia”: lo emplean hasta trece veces en tan corto texto; ¿creerán acaso que se están dirigiendo al guineano Obiang o al presidente Mugabe de Zimbabue? ¿O es que ellos deciden en asamblea abierta a que empresario asesinan o dónde ponen la bomba?
En fin, el llorado Miguel Gila lo expresaría más o menos como:
-¿Es el enemigo?
-Sí…, pues que vamos a dejar de matar un poco.
JGM
“¿Qué saldrá de tan arrogante oferta?
Al final se abrió la montaña y parió un ratoncito."
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