2009-01-05

La nazificación del Estado de Israel




Estamos en la web, y hablando de nazis, pero por una vez al menos, nada que ver con la interacción social de Mike Godwin y su conocida ley de reductio ad Hitlerum, según la cual cualquier polémica prolongada en la red acaba con acusaciones de nazismo.

Desgraciadamente, la analogía entre los hechos sucedidos en Europa hace ya casi 70 años y el genocidio que los sionistas del estado de Israel están perpetrando en estos días contra los palestinos de Gaza, y desde hace décadas sobre el resto de los palestinos, nos lleva inevitablemente a la analogía con lo sucedido en aquella triste época.

Veamos, si no, las imágenes del estacionamiento previo a la invasión, de los imponentes tanques junto a la frontera de Gaza, ¿no nos recuerdan, acaso, a los de la Panzerdivision en las horas previas a la invasión de Polonia?traen a la memoria los del gueto de Varsovia? y su demolición por los tanques camino del exterminio de los confinados al otro lado ¿no es lo que vimos en la película El Pianista de Roman Polanski?

¿No es, acaso, la historia del Estado de Israel una ocupación progresiva de la nación palestina, en una réplica de aquella demoníaca justificación de lebensraum de Hitler; la que le llevó a la anexión de los territorios más próximos hasta ocupar toda Europa? ¿No es la llamada a los judíos de otras partes del mundo a ocupar la “tierra prometida” lo que mueve e estos genocidas?

Otra muestra de esa coincidencia es el desprecio que estos bárbaros hacen del Derecho Internacional, burlándose de las resoluciones de Naciones Unidas, al igual que los nazis hacían caso omiso de las de la Sociedad de Naciones.

Está claro que es tiempo de elecciones en Israel, lo que tristemente lleva a que todos los partidos políticos respalden el ataque genocida; incluso los actuales gobernantes aumentan sus expectativas de voto cuanto más cruel es la represión, ¿Acaso no se han de buscar similitudes con el ascenso del NSDAP, que sacó en 1933, sólo los votos suficientes como para gobernar, pero que a medida que aumentaba su belicismo provocador no necesitó más elecciones, porque las hubiera ganado por aclamación?

Otro acto de oportunismo criminal ha sido el de aprovechar el interregno en la Casa Blanca norteamericana y las últimas barrabasadas políticas de ese mentecato sangriento que ha gobernado el “mundo” durante ocho años.

Basta una simple mirada al mapa pare ver que la franja de Gaza es un bocado apetitoso para ese Estado expansionista.

¿Pueden unos pocos cohetes explosivos, que apoyados en un tablón y lanzados “adonde caigan”, justificar esa masacre de mujeres y niños? ¿No resulta inverosímil que la única solución de uno de los ejércitos más poderosos y más tecnificados del mundo sólo sea la de invadir ese apetecible trozo de costa mediterránea. ¿No será, nos preguntamos, el tétrico Mossad, un servicio de inteligencia moralmente tan sospechoso como tantos otros, el que guía esos cohetes artesanales? ¿No ha mostrado el ejército judío su capacidad para destruir artefactos más complejos en vuelo?

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Los palestinos sólo tienen guijarros para enfrentarse a los tanques, y nosotros tenemos lo que decía otro poeta: la palabra, y nuestro deber es usarla en este combate tan desigual.

Una película reciente, la última de Ridley Scott, recuerda los versos del poeta inglés W. H. Auden:

“Las víctimas del mal

Responden con el mal”

¡OJO! , no vamos a negar la enorme tragedia del Holocausto, como hace ese irresponsable mandatario iraní; o a trivializarlo, como hacía el otro mal nacido, y peor muerto, dirigente austríaco, pero sí podemos evitar que los sionistas sigan utilizandolo para justificar sus crímenes.

La matanza indiscriminada de millones de seres de etnia judía, junto con ingentes masas de eslavos, gitanos, desvalidos mentales, comunistas, republicanos españoles y, claro está, de muchos alemanes indefensos, supone una tragedia históricamente inolvidable, como la de los armenios a manos turcas; pero, insisto, hemos de situarlo, simplemente, entre otro de los horrores de la historia, de forma que nadie pueda esgrimirlo como una excusa para repetir esos crímenes. No se puede permitir a esos ciudadanos racistas que sigan utilizando la tragedia del Holocausto para martirizar a otro pueblo con excusas similares a las que tanto sufrir les causaran a ellos.

Al fin y al cabo, los habitantes de Gernika no recibieron un solo marco por los destrozos de sus casas y la muerte de sus seres queridos. Los gitanos, a los que en este año se erige un monumento en Berlín, nunca han reclamado nada por su exterminio programado.

Parece que esta vez, el presidente de nuestro Gobierno y la vicepresidenta han mostrado su repulsa a la agresión sionista. Suponemos que el señor Rajoy se solidariza con las víctimas palestinas, porque se ha hecho el muerto.

JGM

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