"Es wechseln die Zeiten. Die riesigen Pläne
Der Mächtigen kommen am Ende zum Halt.
Und gehn sie einher auch wie blutige Hähne
Es wechseln die Zeiten, da hilft kein Gewalt.(1)"
No parece que los hados de la política le sean muy favorables al señor Rajoy. Pareció que tras aquella desdichada travesía de “comemarrones” de Aznar, que le valió el título de “señor de los hilillos”, el dedazo de ese genio exfalangista lo había predestinado al más alto cargo político de la nación. Pero no, lo que parecía la renovación de la mayoría absoluta se fue difuminando y los avatares del 11-M de 2004 apuntillaron los anhelos de Rajoy. Aunque las encuestas previas a esa fecha fatídica ya anunciaban un empate técnico entre el PP y el PSOE, es muy probable que las mentiras de Aznar y de su disparatado ministro del Interior facilitaran por los pelos la victoria de Zapatero. La segunda derrota estaba cantada, y el PSOE no logró mayoría absoluta poco después porque el optimismo congénito presidente le hacía mirar el futuro como si la bonanza económica fueraa ser un perpetuum mobile .
¿Pueden influir las movilizaciones de “democracia real ya” en los resultados de hoy? Poco probable, pero ya veremos. Habrá que comparar las predicciones de las últimas encuestas con los resultados; pero ni aún así parece que se pueda llegar a conclusiones certeras sobre esa influencia. Lo que si spercibe es el nerviosismo del PP –el PSOE parecía ya resignado a perder poder-. Un nerviosismo que nace de la confianza y satisfacción que inducían esas encuestas tan favorables y de la incertidumbre que los avatares del azar vuelven a introducir en el último momento, en el de la verdad ante las urnas. Es como si alguien estuviera a punto de ganar la partida y le cambiasen las reglas del juego en la última baza. Aunque la preocupación mayor de los peperos no sean estas sino las próximas generales. Si el 43 por ciento de parados jóvenes, más los que se le sumen, se dan cuenta de su poder –que parece que ya se la han dado- y razonan que el verdadero poder es el poder político, y que este se consigue en las urnas, habrá irrumpido para las próximas generales una fuerza política con la que no se contaba y que puede desbaratar esa diferencia porcentual de las actuales encuestas. Otro factor a considerar es el de la reacción que las propuestas de los asambleistas puedan inducir en el PSOE o en IU (dos partidos con programas para “viejos” con sólo algunas declaraciones retóricas hacia los jóvenes). Porque la mayoría de las propuestas no sólo parecen razonables sino también fáciles de asumir:
Hacer que los bancos no persigan de por vida a los hipotecados y a sus herederos es de justicia lo solucionaría una ley que por su contenido ético no parece que los partidos más afines a los banqueros fueran a discutir demasiado (los bancos han tenido grandes beneficios en la época de las vacas gordas). Extender temporalmente a los jóvenes ya formados y en paro la procura existencial que se da ahora a los desfavorecidos o a los dependientes sin pensiones contributivas (el Sozialgeld alemán); paliar el exceso de viviendas vacías alquilándose las temporalmente a los jóvenes (ver las fotos de las Jugendwohnhäuser de Viena).
En fin, que tampoco piden la luna. ¿Qué de dónde saldrá el dinero? Pues de los impuestos, de dónde va a ser. ¿Qué eso ahuyentaría las inversiones? Pues no creemos que el señor Botín fuera a deslocalizar sus sucursales bancarias a Tanzania, ni que el señor Ortega o el Corte Inglés cerraran sus tiendas.
Volviendo al tema de nuestro título, el nerviosismo de los populares–y de ahí el ansia de elecciones anticipadas por parte de Rajoy-, les viene también del temor a una posible modificación de la actual ley electoral, bajo la cual podrían conseguir ahora la mayoría absoluta, pero, claro, eso depende quizá de la magnitud del anuciado tsunami del PSOE en las eleciiones de hoy.
Como muestra de ese nerviosismo del PP podemos señalar la histeria de la populista hortalicera presidenta de la Comunidad de Madrid, convocando a sus cachorros a acampar en la calle Ferraz, o al gesto chulesco de ese detritus del nacionalcatolicismo franquista que es el exministro Trillo. Ese personaje de pasado político tan abyecto.
La foto es de las viviendas sociales para jóvenes de Viena.
La estrofa es del poema y canción de Bertold Brectf : “En el fondo del Moldava”, que ya traduciremosen en otra entrada, después de saber los primeros resultados de las elecciones del 22-M.
(Continuará)
JGM