2011-08-02

"PPastuchi" en Majadahonda




E
n un pleno municipal reciente de Majadahonda, UPyD
, como buen submarino pepero, lanza el golpe y el portavoz del PP lo remata. El objetivo hoy es Bildu y, como siempre en esa gente, la entronización generalizada de la “bandera”, la enseña que les pertenece por decreto franquista-clerical. El partido de la rencorosa señora Díez pide una condena imprecisa contra Bildu; el PSOE, al que parece que el batacazo electoral ha dejado en la inopia, dice que “bueno”, pero los dos concejal@s de IU-Los Verdes, no ven motivada la propuesta y así lo expresan, absteniéndose en la votación.

Es el momento en el que el portavoz del PP, el señor Javier Caballero, tercer teniente de alcalde, les acusa de defensores del filoterrorismo.

Ya fuera del Pleno, en los pasillos, le recordaron a ese edil las, al menos trescientas mil, víctimas de la dictadura del general Franco, a lo que respondió: “no es lo mismo, no es lo mismo”. Naturalmente que no lo es, ambas masacres nos parecen igualmente execrables, pero la diferencia radica en que los verdaderos demócratas condenamos los muertos por ETA mientras que la gente de ese partido se niega a reconocer los de Franco e, incluso, intenta impedir la exhumación de los fusilados y persigue innoblemente al juez Garzón.

Todo esto sucede en un municipio, el de Majadahonda, donde la derecha, y el PP en particular, tantas cosas quisiera ocultar.

En junio de 1939, el alcalde socialista Candelas Gregorio Millán fue fusilado por los vencedores fascistas. Junto a él murieron o desaparecieron otras treinta personas, lo que significaba diezmar la población del entonces minúsculo pueblo. El Ayuntamiento actual, dominado por el PP, se opone a dedicar una calle del pueblo al demócrata asesinado.Y es que para esta gente tan sectaria, los muertos que no son de su bando no cuentan (que se sepa, nadie de Bildu ha asesinado a un semejante, algo que no puede decir ese Caballero de algunos gerifaltes de su partido. Baste recordar a su presidente fundador, el señor Fraga Iribarne, el mismo que, en 1962, asintió impertérrito en Consejo de Ministros que autorizaba el asesinato del comunista Julián Grimau, tras haber sido torturado y defenestrado por los sicarios de la BPS; o que se jactaba de haber vejado públicamente a las esposas de los mineros del Nalón; por no hablar de otros crímenes de los que, al menos, le alcanzaría la responsabilidad política).

Volviendo al final de la guerra, sabemos que al asesinado alcalde Millán, le sucedieron otros del gusto falangista-militar-clerical. Se dice de uno que gobernó el municipio muchos años, que recorría sus posesiones a caballo, unas posesiones que las malas lenguas suponían pertenecientes a los fusilados o desaparecidos.

Pero tampoco hay por que ir tan atrás. En 1998, el penúltimo alcalde franquista de Majadahonda, Arturo Sanz Millán (1967-1977), tuvo que dimitir irrevocablemente de su cargo como presidente del Palacio de Congresos y Exposiciones, por ser presidente también de un consorcio fraudulento de gasolineras de Majadahonda.

Ricardo Romero de Tejada fue alcalde de Majadahonda hasta que dimitió en 2001 para ocupar cargos más jugosos. En 1999 un Juzgado de Majadahonda encontró indicios de un presunto delito medioambiental y de una infracción del Código Penal en la ejecución de un campo de golf en el municipio. Pero quizá la operación más llamativa de este personaje fuera su presunta implicación en la trama que permitió a Esperanza Aguirre usurpar la presidencia de la comunidad madrileña: quizá el hecho más insidiosos en la reciente historia de nuestra democracia: La prensa nos informó de cómo en la primavera del año pasado, el tránsfuga Tamayo se presentó intempestivamente en la sede de la presidencia de Madrid “para hablar de Romero de Tejada”.

El último pájaro que ha volado sobre esa alcaldía ha sido Guillermo Ortega, que fue destituido fulminante por la presidenta Aguirre por “razones de salud” (del alcalde, se supone). En 2009 fue imputado por el juez Garzón por corrupción (en siete años, entre su esposa y él, matricularon 26 vehículos a su nombre, muchos de ellos de lujo: Jaguar, etc.)

Y con ese triste y delictivo palmarés, ¡se atreve el teniente de alcalde del PP a calumniar a nadie! Confiamos en que ese filo-mayororejista haga honor a su apellido y presente sus excusas a los injuriados.

* * *

Quizá el fondo de esa conducta calumniadora radique en la impotencia ante los resultados alcanzados por la coalición Bildu en las recientes elecciones municipales: (276.134 votos; 25,45% del censo; lo que convierte a esa coalición en la primera fuerza, por el número de concejales, de Euzkadi, y tercera en Navarra.

En su obtuso nacionalismo centralista, no entienden lo que tan claramente expresó Ortega y Gasset: que el problema de la invertebración de España no es el de los pueblos que reivindican su identidad, sino de los castellanos (nacionalistas centralistas) que se la niegan porque sí.

Imagino el berrinche que sufrirán esos patriotas centralistas ante la actuación de ayer del diputado general guipuzcoano electo, Martín Garitano, reconfortando a los familiares de los presos de ETA.

Pero ¿qué ha pedido Garitano? 1) El acercamiento de los presos a sus familias (no es lo mismo la dispersión por táctica anterrorista que el alejamiento a lugares remotos a los de sus familias). 2) Un trato humanitario para los presos incurables. 3) La derogación de la doctrina Parot, que constituye de facto, la cadena perpetua, algo prohibido en nuestra Constitución. Muchas son las dudas de magistrados y constitucionalistas sobre esa lectura excepcional de las leyes, pero recordemos el principio del Derecho penal de in dubio pro reo. Parece que esta gente sólo se acuerda de los derechos humanos cuando se trata de Cuba.

Julio G. Mardomingo

Fotos:

Arriba. Pablo de la Torriente Brau. Internacionalista cubano muerto en combate en Majadahonda

En medio. Candelas Gregorio Millán. Alcalde de Majadahonda fusilado por los fascistas en 1939.

Abajo: Guillermo Ortega, alcalde del PP hasta 2005

7 comentarios:

Sara dijo...

El PP es un partido autoritario que no admite como legítimas más que sus opiniones o su discurso político... Ya se lo hizo al gobierno la pasada legislatura, si no compartes su forma de resolver el problema en euskadi es que eres un terrorista.
... esa impunidad con la que van por la vida es la que nos debería hacer reaccionar, que sus palabras tuvieran siempre consecuencias

JGM & JF dijo...

Pues sí, Sara, cada vez oarece más inevitable tener que recurrir a la ley de Godwin. Esta gente está oliendo el poder como el NSDAP lo olía en eneero de 1933.
Leo en ek periódico de hoy que amenazan con combatir a los jóvenes del 15-M movilizando a sus 90.000 Hitlerjugend, aquella sección juvenil de las Sturmabteillung nazis.
JGM

Anónimo dijo...

!Bien dicho!
Rosa

Anónimo dijo...

Ojalá que algún día en éste país las varas de medida sean iguales para todos.
Estos "patriotas" que tienen a España en su boca a cada momento y se dan golpes de pecho.
Son los que se llevan maletas llenas a paraisos fiscales.
Los que se aprovechan de las arcas municipales y autonómicas en beneficio propìo.
Los mismos que demonizan y culpabilizan a los inmigrantes de todos los males y luego los explotan en sus negocios o en sus casas.
Los que quieren que la Educación y la Sanidad se privaticen para que sean negocios sin importarles las personas a las que van dirigidas.
Son los "demócratas de toda la vida", su libertad consiste en poder hacer lo ellos quieran sin ningún control y que los demás acatemos y cumplamos sus principios.
Estos elementos se arrogan la facultad de decidir quién es terrorista y quién no,de un modo infalible e inapelable, lo que hacen que sean unos personajillos terriblemente peligrosos.
No nos engañan, son los herederos del Antigüo Régimen.
María Jesús.

Tomás Montero dijo...

En la relación de imágenes se dice que una pertenece a Candelas Gregorio Millán, pero no la veo entre las publicadas. ¿Sería posible verla?

Anónimo dijo...

La izquierda española siempre demuestra su ignorancia deliberada de la realidad histórica, y claro, así se explica como todos terminan odiando a cualquiera que no comulga con sus ideas contaminadas. Tenéis un grave problema al argumentar cualquier tema porque simplemente borráis de la historia lo que os conviene para tratar de justificar lo injustificable.

Para empezar, el Sr. Candelas Gregorio Millán junto con sus secuaces, aprovecharon el día que comenzó la guerra para repartir armas entre los miembros del "comité" y los sindicatos y se dedicaron a recorrer todo el pueblo asesinando a sus propios vecinos a diestro y siniestro principalmente porque eran cristianos e iban a misa. Os podéis imaginar en un pueblecito de agricultores en el que no había ni un solo militar, como fueron aniquilados la mayoría de sus habitantes por orden del insigne alcalde republicano D. Candelas Gregorio Millán.

No me extraña que digas que al condenar a muerte y fusilar a una treintena de asesinos significara diezmar a un pueblo minúsculo, porque previamente dichos asesinos se habían encargado de exterminar casi a la mitad de la población.

Respecto a los demás comentarios sobre alcaldes posteriores, también se nota que cojeas un poco de rigor a la hora de "informar". El Sr. Sanz Millán no era presidente de ningún consorcio de gasolineras, sino que era el presidente de UNA gasolinera de la cual no era ni accionista, y ostentó el cargo solo 3 meses antes del escándalo debido al fallecimiento del anterior presidente. De hecho, el nuevo presidente nunca llegó a ejercer como tal ni llegó nunca aprobar ni firmar ninguna de las cuentas de la sociedad propietaria de dicha gasolinera. Lo que si ocurrió es que una gran parte del accionariado de esa gasolinera pertenecía a un grupo o consorcio de gasolineras mucho más grande que no tenían ninguna relación con el ex-alcalde de Majadahonda, y que en realidad eran los que gestionaban en la práctica esa y otras muchas gasolineras.

Por la parte que le toca a Romero de Tejada y a Gullermo Ortega lo cierto es que hay poco que decir. Están relacionados o con el Gurtel o con las tarjetas black, y todos esperamos que la justicia de buena cuenta de ellos.

Anónimo dijo...

Al hilo de este último comentario, voy a contaros un corto relato de la familia "MILLAN", mi familia, que aconteció el 18 de julio de 1936 en Majadahonda. Para ser breve iré directo al grano.

El día del alzamiento militar, tal y como dice el comentario anterior, un grupo de vecinos comandados por el alcalde Sr. Millán recorrieron el pueblo "a la caza de los fascistas". En ese momento, en la casa de otra rama de la misma familia Millán, obviamente familiares del propio alcalde, se encontraba un crío de 17 años, llamado Santiago Millán, sentado en el patio observando con expectación el tumulto que se estaba produciendo. Al cabo de un rato, una camioneta en la que iban varios individuos armados, comandados por el propio alcalde, paró delante de la casa de la familia de Santiago. Cuando se bajan los hombres armados, uno de ellos ve a Santiago sentado en el patio y le dice en voz alta desde la calle: "¡Oye Santia, métete en casa que es hay fascistas por aquí y es muy peligroso para un chico estar aquí fuera!" El chico se puso de pié y se dio la vuelta y se puso a caminar hacia la puerta de la entrada de la casa. Al oírse voces en la calle, una hermana mayor de Santia, Angeles, acude a la puerta instando a su hermano a que entrara. El chico caminó un par de pasos hacia la puerta, y uno de los hombres armados que iba en la camioneta con el alcalde le disparó por la espalda, cayendo muerto en el acto en brazos de su hermana que en ese mismo instante le abría la puerta. Ese chico solamente era un joven agricultor, y lo asesinaron sin piedad no los fascistas, sino sus propios vecinos sindicalistas de izquierdas.

Algunos de esos hombres armados, entre los que se encontraba el alcalde Candelas Gregorio Millán, fueron juzgados al finalizar la guerra, y fueron condenados por sus crímenes, entre ellos el del pequeño Santia.

Esto es un relato verídico que aconteció esos fatídicos días durante los tumultuosos años 30 en España. Los pueblos que olvidan y no aprenden de su pasado, están condenados a repetirlo.