2009-10-14

12-O: Día del "Orgullo facha"


“Los abucheos son parte del rito”, dice el tolerante Zapatero. Pues bueno, pero creemos que ya va siendo hora de acabar, al menos como fiesta institucionalizada, con lo que parece haberse convertido en el día del “orgullo facha”,

Ya durante la segunda y traumática legislatura de Aznar , su ministro “juntacádaveres” Trillo tuvo la infeliz idea de trasladar el “desfile de la Victoria” a Barcelona, a sabiendas del aborrecimiento que los catalanes sienten por los uniformes, y de su desdén por lo militar (recordemos que su fiesta nacional conmemora una derrota y que la “Semana trágica” empezó por una protesta por el embarque de conscriptos rumbo al matadero magrebí). Los catalanes no quieren saber nada de esta “Fiesta nacional”, ni de la otra “fiesta nacional”, la de matar toros, a pesar de que ese otro matador provocador se empeñe en llevar a Barcelona a todos los invitados de las dos Castillas.


“Le défilé de la Parade a été joli” dice más o menos la prensa de derechas, sobre todo el paso de la Legión. Imagino que les pondrá, sobre todo, la cabra.

Y es que, pensamos, que si lo más importante de ese desfile es un cuerpo mercenario, de triste memoria por sus orígenes: un banderín de enganche del lumpen internacional, donde no se requerían antecedentes penales, sino más bien lo contrario (remember "Doce del patíbulo" ) y, posteriormente, por sus acciones como un conjunto de fanáticos matones, al mando de los generales más felones, luchando contra el orden instituido, tampoco pasaría nada, decimos, por acabar ya con el "Desfile de la Victoria".

Lo quieran o no esos cachorros del barrio de Salamanca, Zapatero ha sido elegido por la mayoría de los españoles, y sus berridos son sólo una muestra de su poco sentir democrático. By the bye, el presunto sucesor de Zapatero, el señor Rajoy, ha vuelto a asumir su papel de don Tancredo, mostrando una vez más sus carencias como hombre de Estado: no ha sido capaz de decir una sílaba sobre el desagradable suceso a pesar de estar allí presente - ya conocemos cómo le molesta ese “coñazo” a este hombre.

El alcalde Gallardón ha estado más a la altura de su papel institucional, aunque sólo haya lamentado el momento y el lugar. Bueno, también, aunque no lo haya hecho de manera premeditada, ha contribuido al deslucimiento del acto, “deconstruyendo” con sus obras el escenario natural de esa charlotada.

JGM

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