2009-10-15

La banda de Gürtel: El padrino y "El Padrino"


Parece claro para todos, incluido el señor Rajoy, que el problema ahora es el Curita. Este hombre es un cadáver político al que nadie se atreve a enterrar. ¿Por qué? Bueno, el Curita dice que suministra a Rajoy un montón de votos de la CAV, pero creemos que si eso fuera así, resultaría que en esa comunidad le caen a Rajoy los votos del cielo como el maná cayó en el desierto de Sin; es decir, le sobrarían los del conflictivo curita.

Al presidente de la Comunidad valenciana le arman el fondo de ropero, incluyendo un chaleco blanco para la visita del Papa (¡es la monda! además de chorizos, horteras) y a su familia le hacen regalos de “más de tres pueblos”. Al hasta ahora segundón (Ric) en esa comunidad le regaló El Bigotes un coche de 65.000 euros (que estrella, quizá porque “paga el Estado”) y el ex alcalde de Alicante un reloj de 25.000 euros (que no se puede poner porque “da el cante”), marcas desconocidas para la mayoría de la población por su precio y su ostentosa horterada. A la “fallera mayor” le regalan bolsos flashy de Vuitón , a pesar de que dicen que ésta “no les da nada” (a cambio, se supone).

El contenido de la caja de seguridad que tenía la esposa de don Vito en Unicaja sirve para llenar la columna de un periódico: anillos, colgantes, relojes, pendientes (todo naturalmente de oro, perlas y diamantes), y, por supuesto, sobres con pastuqui. Don Vito, por su parte, no declaraba a Hacienda, quizá porque creía moverse a niveles similares a los del Erario Público -¡Ya les daba yo lecciones a esos, pensaría!-. Una vez en que el susodicho intentaba cometer una tropelía urbanística en Ibiza, encontró cierta oposición administrativa, y decía: “Si al tío [al aparejador] le llevamos ya un Rólex, el tío dirá bueno, venga ya”. Más tarde habla de sobornarlo con un jamón y 6.000 euros. (probablemente el funcionario se habrá querellado ya, no tanto por el intento de soborno sino por el agravio comparativo, ¡un jamón!. Además, si uno de estos fulanos me regalara a mí un rólex, pensaría que lo había levantado de alguna manta magrebí.


“El Curita”, “Don Vito”, “el Ric”, “Peter”, “El Albondiguilla” - también conocido como”Albóndiga”-, “El Rata”, “El Cabrón”, “El Hijoputa”, “El Gafitas”, “El Bigotes”. Gentes de buena maña, que hablan la Germanía, y que en cualquier momento empezarán a escarapelarse para salvar sus pellejos y “la pastuqui”. Porque entre todos se reparten los delitos de: cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal, asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsedad documental, prevaricación y extorsión. ¡Ahí es nada!

La coartada del señor Rajoy es que el PP mejora en las encuestas (en realidad parece estancado mientras al PSOE le arrastra la crisis hacia abajo).

En cualquier caso estamos ante un curioso fenómeno sociológico: Son legión los ciudadanos a los que fastidia pagar impuestos a cualquier ente del Estado. Sin embargo muestran poco o ningún desagrado cuando una parte de esos impuestos se lo meten en sus bolsillos quienes se aprovechan de su poder para manejar fondos públicos. Es como si pensaran que este dinero (el de los chorizos) lo fabricara cada día el Estado en la Casa de la Moneda y no tuviera que ver con el que a ellos les han sacado las haciendas públicas.

A los votantes del PP esa banda los esquilma igual a que a los demás, pero al parecer prevalece la adhesión ideológica, la solidaridad en la caída, quizá algún tipo de “síndrome de Estocolmo”, o simplemente la fortaleza de la adscripción o el sentido grupal o, probablemente, un sentimiento más fuerte: el odio al contrario. Algo así como lo que sienten los hinchas del fútbol, que aunque los dirigentes de sus clubes sean ex presidiarios, tipos chulescos, delincuentes que les someten a la humillación deportiva del descenso a categorías inferiores por no poder afrontar las deudas que ellos mismos han generado con sus “chorizadas”,pero siguen gritando cada domingo: ¡Hala aleti!.

Según escribía esto, leo un artículo muy reciente de Rafael Sánchez Ferlosio, que naturalmente explica esta última reflexión mía con muchísimo más talento y, obviamente, con mayor elegancia narrativa. Ahí va:


“La fidelidad al propio equipo, que dura toda la vida, hace pensar que el patriotismo deportivo ha emulado a los patriotismos nacionales, fundados en el antagonismo, incorporando el factor de la territorialidad. El patriotismo del deporte representa, por pretendida ficción (Veblen), el antagonismo puro, vacío, sin contenido alguno, o el patriotismo genérico, indeterminado, que, de rechazo, trasluce la propia gratuidad del patriotismo armado.”


Tengo amigos y conocidos que supongo que votan al PP. Yo


El padrino y "El Padrino"


les pediría que en las próximas elecciones si no por pruritos éticos, al menos por motivos estéticos dejen de votar al “Albondiguilla”, a “don Vito” o al “Curita” . Naturalmente sé que no van a votar al PSOE, pero creo que pueden tratar de votar a alguno de esos partidos cuyo nombre exhibe buenas palabras y que se sentirán muy halagados de recibir algunos votos más que los de su círculo de parientes y amigos .

El alcalde Gallardón podría, quizá, empezar a desmarcarse de esa gente y tener un detalle, por ejemplo cambiar en la toponimia callejera la calle de Génova por la de calle de Cantimpalos. "El Padrino" (2ª Parte)


Una última pregunta: A la vista de la magnificencia de los regalos entre los miembros de la banda, ¿sabremos algún día cuál fue el regalo de Herr Gürtel a la princesita de El Escorial y a su emprendedor esposo?, ¿un yate de 100 metros de eslora? ¿un palacio en El Tirol? Tarde o temprano, todo se acaba sabiendo.


JGM

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