2010-11-12

Pesos y medidas. De la F.N.M.T- a la calle Génova


Medir ha sido una necesidad vital para el hombre desde los primeros agrupamientos de la especie. Sería posible escribir una historia de la humanidad utilizando como hilo conductor los sistemas de pesos y medidas. Así, resulta difícil concebir, por su magnitud, un museo etnológico que recogiera todos los elementos utilizados por los hombres de cada lugar y en cada tiempo para la compra, la venta, el trueque o el uso de cualquier bien.

Una historia de pesos y medidas que desde lo concreto o lo antropométrico nos lleva a lo abstracto y lo especulativo; desde las pesas de arcilla babilónicas o las medidas basadas en los elementos más comunes, grano de cereal, etc., hasta las más inmediatas, aunque menos precisas. Muchas de estas medidas están basadas en características antropométricas: el paso, el palmo, la braza, el codo, el pie, la zancada, el puñado –amboza en la zona extremeño-portuguesa-. También se han utilizado medidas antropocinéticas, como la legua; y hoy se usa la cinético temporal, el año-luz, para medir los espacios interestelares. Quizá cierta generalización gremial haya conducido a la ambigüedad de usar el quilate para medir cosas tan distintas como el peso de una gema o la ley de un metal precioso.

Pero parece que el mundo moderno –ya casi todo el mundo es moderno- ha conseguido normalizar y unificar gran parte de las medidas. Es indudable la universalidad del Sistema Métrico Decimal –recordemos que el origen de la última palabra radica en el cálculo a base de los dedos de las manos. Remoto es también el origen de la moneda como instrumento de cambio, que al igual que otras medidas ha evolucionada desde lo concreto a lo abstracto y a lo especulativo. Las culturas más antiguas utilizaron elementos simbólicos: cuentas, piedritas; y se llegó, así, hasta las monedas de valor intrínseco: metales apreciados, que llevaron a imponer duras leyes para su conservación –pena de muerte para quienes por raspado u otros medios disminuyera el contenido de las monedas. Y es que el dinero, en la mayoría de los países, pertenece al Estado. Los ciudadanos somos meros depositarios de ese pasivo monetario. De ahí que también sea un delito su destrucción por particulares.

En nuestro país, la unidad monetaria fue durante muchos años la peseta; hasta que el 1 de enero del 2002 se puso en circulación el euro, en monedas y billetes.

En aquellas pesetas y hasta la aparición del billete de 5.000, el billete de más alta denominación (como dicen ahora los periodistas) era el de mil “el talego”. Sin embargo, la unidad espuria de la más altísima denominación era “el kilo”, que correspondía a la cantidad de “talegos” que daba un kilo en la báscula. Es decir, hubo una transposición de la unidad monetaria a la unidad de peso.

Y héteme aquí lo que ha sucedido ahora con el euro. Pues, simplemente, que en la calle de Génova, en Madrid, en la sede del partido que aspira a gobernar España, la unidad monetaria ha sido sustituida por el ¡milímetro! Según la hoja de contabilidad adjunta, que la policía ha encontrado en la cueva de los Gürtel, un milímetro de espesor del dinero equivale a 6.000 euros, que por pura casualidad equivale a un “kilo” de las antiguas pesetas.

Parece como si hubiera gente muy hábil para robar, pero profundamente idiota a la hora de camuflar el botín. La lista que mostramos (aparece en El País de 10/11/2010) denota que a esos políticos del PP les han pagado ¡exactamente! el 3% de los costes de las obras públicas ejecutadas, es decir que las mordidas incluyen incluso calderilla –monedas de un euro.

Las cifras que publica El País de la citada fecha son:

4 Junio 2002 DETALLE DE COBRO DE PC´

IMPORTE RECIBIDO--- 175.973 euros (29.279.443 Pts)

Distribución.-

Sobre 4 mm. Jesús Merino 24.040 euros

Sobre 4 mm. L.B. 24.040 euros

Sobre 4 mm G.G. 24.040 euros Juntos en otro sobre (unido con el más abajo)

Sobre 9 mm. S/nombre- 54.090 euros

Sobre 5 mm. PC Ref. Tarifa 30.000 euros

Sobre 1 mm. PC ? 6.000 euros

Resto a bolsa PC 13.763 euros

Según la policía, los presuntos afortunados serían Bárcenas, Merino, Galeote y Santiago.

Ya los ingleses, que paradójicamente no pertenecen al área del euro pidieron que se eliminasen esos billetes de “alta gama”, argumentando que facilitan mucho la acción de los delincuentes. Otros miembros del área se unieron, pero la medida cuenta con el veto de la Kanzlerin Merkel, que parece decidida a convertirse en la Kaiserin de la U.E. Algunos dicen que ya se buscarían la vida los “malos” para utilizar billetes más pequeños en sus fechorías; pero pensamos que no es lo mismo ver salir al ex tesorero del PP con un maletín, que verle a él y a otros dirigentes de ese partido subiendo la cuesta de la calle de Génova con un saco al hombro.

El temor de este bloguero es que si, como amenazan algunas encuestas el PP llegara al Poder, capaz que traslada la Casa de la Moneda, es decir, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre desde su sede actual hasta la calle de Génova.

Julius G. M.

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