2011-02-05

La semana negra del señor Rajoy

No parece que comience bien el año en el que el señor Rajoy parecía prometérselas muy felices. Se nota en la crispación de sus dos perros de presa.

Él, que se ha negado a cooperar con el Gobierno para tratar de mitigar la crisis, se siente ahora irritado porque no le han invitado a tiempo para la foto de la boda.

Probablemente pensaba que la patronal iba a mostrar el mismo desdén por los pactos que en los tiempos del saliente “hundeempresas”. Pero no, ahí estaba el Gobierno, los sindicatos y los presidentes de la CEOE y de la CEPYME. Y, volcándose en elogios, los grandes magnates de la industria, los servicios y los negocios: Gónzalez, del BBVA; Alierta de Telefónica, los presidentes de las grandes compañías de seguros y, hoy mismo, Emilio Botín.

Eso por lo que al interior se refiere. Fuera del país, son abrumadores los elogios de monsieur Sarkozy y de frau Merkel; y a señalar lo desairado que se sintió Rajoy, por no llamarlo la última para tomar un chupito de schnaps.

Por lo que a la maliciosa señora de Cospedal, parece que el PSOE de Castilla - La Mancha se ha tomado en serio las estrafalarias teorías paranoico conspirativas de la dama y o da marcha atrás, y reconoce su infamia, o se va a ver en el banquillo de un juzgado.

Tampoco parece tener suerte Rajoy en el Senado, donde se ha quedado solo en su propuesta de cuasi exculpar a los controladores de la terrible huelga del último diciembre. Su portavoz, el señor Burgos, se mostró enardecido, quizá porque recordaba las reuniones que tuvo con ese colectivo absentista poco antes del gran follón. Ya nos gustaría saber que hablaron en aquellas reuniones, teniendo en cuenta la máxima leninista que adopta el PP cuando considera que “cuanto peor, mejor”; mejor para ellos, claro, que no para los ciudadanos de este país.

Coincide en la semana negra la adjudicación de dos años más de talego preventivo para el amigo de su presidente de honor, así como la relación que da el juez Pedreira del gran botín.

En la Comunidad valenciana, parece crecer la factura de los trajes de “gorra” para dirigentes del PP. Rajoy parece esperar a ver que dice el juez Flors sobre el elegante Camps, porque aunque este diga que cada vez le lloverán más votos, tampoco es muy de recibo presentar en los posters electorales a alguien con un traje de rayas horizontales.

Otro contratiempo más en esa comunidad es la reconsideración de los delitos prescritos de Fabra. Y digo yo, no se les cae la cara de vergüenza cuando alguien dice que le ha tocado el gordo de la lotería nacional en cuatro periodos contributivos sucesivos. ¿No saben acaso que la probabilidad negativa de que eso suceda se acerca a las cifras exponenciales de aquel relato del grano de trigo sobre las casillas del ajedrez?, o sea, que es mayor la probabilidad de que haya vida humana en Marte que la suerte abrace a Fabra de esa forma reiterada.

Por otra parte está las constantes intervenciones del patoso comparsa de las Azores. que ahora quiere acabar con lo que se ha considerado unos de los acuerdos que posibilitó la transición ordenada cuando se murió el héroe de ese falangistilla.

Para colmo de sus desgracias, el otro día, en uno de esos programas que le preparaa Rajoy su palanganero mayor, una muchacha le hizo una pregunta preparada; Rajoy sacó la “chuleta” del bolsillo y se quedó en blanco, para balbucear después que no reconocía su propia escritura.

Y es que este buen señor, como hombre de Estado, es la personalización de la nada, el grado cero de la política. El candidato mejor colocado en las encuestas para suceder a Zapatero, en casi siete años de oposición y en medio de una crisis tan grave como la actual, ha sido absolutamente incapaz, no ya de hacer alguna propuesta, sino de considerar las que hacen otros. Un sujeto que cuando un periodista le preguntó qué haría si llegara a gobernar, respondió que “lo contrario que el PSOE”, ¡así, con dos narices!

Y nos preguntamos si en un partido, que cuenta con una millonada de militantes, no hay nadie un poco más espabilado ¿O es que no quieren abrir la caja de los truenos con otros aspirantes?

Si lo único que propone el señor Rajoy para su programa de gobierno es simplemente negativo: derogar la ley del aborto y la del matrimonio intergenérico, ¿acaso no significa eso que conduciría un carro de gobierno que sólo tuviera marcha atrás?

J G Mardomingo

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