Cuentan que Stalin, irritado
con la viudad de Lenin porque disentía de alguna de sus propuestas, le espetó
en una reunión del Comité Central: “Krúpskaia, si insistes en llevarme la
contraria, nombro a otra viuda de Lenin”
Stalin fue un terrible hombre
de Estado –el dueño de su estado- que se reunía con Churchill y Roosevelt para
repartirse el mundo, y emborracharse después los tres.
Se imaginan lo que le hubiera
durado a este matarusos la marquesa de la Puerta de Sol, ¿y el irredento franquista Oreja?
Hay frecuentemente sucesos
sobre los que los políticos –y la gente sensata- ha de pasar de puntillas,
e.g., el asesinato de Bin Laden, el linchamiento de Gaddafi y, por no ir más
lejos, el excarcelamiento del asesino muribundo Uribetxeberria Bolinaga.
Pero Rajoy, en vez de decirle
a la duquesa que, en su mandato como jefe de gobierno, se cumplirán las leyes a
rajatabla, y que la que no las cumpla se convertirá en una fuera de la ley, se
enreda en dar pasos confusos atrás y adelante y cabrear a todos.
En cuanto a Oreja, pensó
quizá Rajoy que se lo quitaba de en medio enviándolo como cabeza de grupo a la UE, pero no se dio cuenta de
que Bruselas está a dos horas de Madrid en avión.
¿Acaso no podía haber creado
para él un consulado en Ushuaia, en la Tierra de Fuego?
Porque veamos: a esos dos
cínicos de la política: a la chulesca presidenta de la CAM y al fascista de Oreja,
les trae tan sin cuidado la salud de ese sociopsicópata, como el estado de
Derecho o la moral de las víctimas del terrorismo. Lo único que pretenden es
empujar más a Rajoy al abismo para ponerse, ella de presidenta, y volver Oreja
a donde le pusiera su amigo Aznar, a un ministerio, desde donde nombrar al
coronel Alamán ministro de la
Guerra. Es una maniobra política en la que ese partido está
bien entrenado. Ya practicaron la misma estrategia demagógica para desgastar a
Zapatero con lo de aquel fulano, al que no querían ni sus más próximos, el siniestro “de
Juana Chaos”.
Los políticos europeos
influyentes acusan a Rajoy de adolecer de carencias como hombre de Estado, de
supeditar los intereses electorales de su partido (elecciones andaluzas) a los
intereses del país, incluso a los de la
UE (al parecer, sigue ahora empecinado en retrasar el rescate
hasta después de las elecciones en Galicia, para desesperación de Europa y de
los empresarios españoles).
Sugieren, así, los europeos que Rajoy
no es un hombre de Estado, sino un “hombre de partido”. Dado el poco mando que
ejerce dentro de ese partido –véase lo antes expuesto- `va pareciendo cada vez
más un “hombre de concejo”.
En su enanismo político, Rajoy sigue diciendo las mismas
bobadas que cuando era el “comepiedras de Aznar”. En Finlandia, dijo el otro
día que “Según parece, tendremos que
pedir el rescate”. Una forma tan impersonal de hablar ante un tema tan crucial,
que parecía como si estuviera diciendo “parece que el domingo lloverá”.
Cataluña
Casi toda Europa, y quizá
también el Departamento de Estado norteamericano, han acogido con sorpresa, y
luego con atención, la multitudinaria manifestación independentista del pasado
miércoles (12/09/2012) en Barcelona. Así decía en su portada The Guardian:
Catalonia warns EU that million-strong march cannot be ignored
Leader of Spain's wealthiest region suggests separatist feeling could be dampened if Catalonia kept more of its taxes
Sólo Rajoy parece haber
minusvalorado ese clamor. De ”algarabía” lo tachó:
Algarabía:
- f. Lengua
árabe.
- fig. Lengua o
escritura ininteligible.
- Manera de hablar atropelladamente.
-Gritería confusa.
Nos recuerda la reacción del
rey Felipe IV, cuando estando en una cacería le comunicaron la cuasi secesión
de Portugal. Parece que comentó algo así como “Un quebradero de cabeza menos”.
Es reciso recordar cuando se cumple un siglo de lo que Ortega y Gasset con respecto a la "España invertebrada":
"Cuando una sociedad se consume
víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse
particularista fue precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en
España.
Castilla ha hecho a España y
Castilla la ha desecho."
Muestra del desinterés de nuestro apático presidente fue
que mientras la BBC
ofreció la portada de su telediario a la manifestación catalana, la televisión
pública (TV1) de aquí la relegó a la séptima posición. Estaba aleccionada, sin
duda, esa manga de fascistas que Rajoy y sus compinches colocaron ahí, al puro
estilo del doctor Goebbels.
Atención a navegantes: No
todos los partidos son iguales:
El PSOE democratizó la televisión pública.
El PP se la ha apropiado, la ha
patrimonializado para ejercer su agitpro .
Menos mal que aún nos queda
“el Wyoming”, y que mañana (ya hoy) será sábado 15 de septiembre.
Julio García Mardomingo