Es tan indignante como increíble la desfachatez que muestra en los últimos años la Jerarquía Católica española. Parece como si los que hubieran perdido las últimas elecciones hubieran sido ellos. A lo mejor fue así.
Tras cuatro años de apoyar el “golpe de Estado permanente” del PP, irrumpen ahora en la campaña electoral pidiendo descaradamente el voto para esa gente.
En primer lugar, es inaudito que esa panda que se rige por las normas más antidemocráticas se atreva a proponer opciones políticas; ¿acaso el Gobierno actual se inmiscuye en el nombramiento de los obispos, o se permiten poner en duda las oscuras teorías dogmáticas de la Inmaculada o de la Trinidad? Pero estos pájaros, que parecen echar de menos tiempos mejores,-aquellos del nacional-catolicismo franquista-, no se resignan con el 16 por ciento de españoles que según el CIS acuden regularmente a sus servicios religiosos, sino que parece que quisieran recuperar la incardinación de la política a la Iglesia y volver a llevarnos a todos a la fuerza a misa.
El sacristán Rajoy y sus secuaces parecen fieles obsecuentes en sus doctrinas güelfas. Es ciertamente patético el esfuerzo de este pájaro para conseguir unos cuantos votos.
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Parece que las directrices de estos curiales les vienen dadas desde el Vaticano, de ese gran inquisidor que, tras devolver a la liturgia los ritos mistéricos, cualquier día recordará su juventud y en vez de entonar el Kyrie eleison, se arrancará con ”Die Fahne hoch”, el Lied que Horst Wessel compusiera para el partido Nazi.
Queda recordar a los partidos democráticos de izquierda que, como dijo Axelrod, las concesiones a los antidemócratas sólo son entendidas por estos como un incentivo que estimula sus agresiones totalitarias. Y, a los demás, que gritemos juntos ¡con nuestro dinero, no!
El chiste de la cabecera, tal como indica su pié, es de El Roto, y apareció en El País.
De la foto de abajo, que venga el Vaticano o el NSDAP a pedir derechos de copyright.
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