Empecemos con los recortes que Rajoy, bajo el consejo del permisivo (con el delito fiscal) Montoro y el lehmaniano Guindos, nos ha castigado y anuncia seguir haciéndolo. Ya hemos visto que todos esos recortes se aplican a los más débiles, quizá porque somos los más inofensivos. Lo que no implica, según decimos en el párrafo anterior, que no intenten adelantar leyes represivas por si algún día nos cansamos de ser tan pacientes.
Hemos leído hace pocos días que el PP ha rechazado una proposición del PSOE para crear un impuesto especial para las grandes fortunas tal como o el que existe en Francia o el que planean los conservadores en U.K. El pobre argumento de los responsables de economía del PP –quizá no dan para más- es el de que eso se contempla ya en el IRPF, como se fuera lo mismo el Impuesto sobre las Rentas de las Personas Físicas, con un tope marginal, que un impuesto especial sobre los grandes patrimonios.
Sabemos más o menos por donde empezaría la aplicación de ese impuesto. Uno de los primeros afectados sería el actual Jefe del Estado, al que la revista Euro Business supone una fortuna de 1.700 millones de euros. Le seguirían los grandes magnates de la banca, de la distribución textil o general, de la gran industria, de los antiguos monopolios, etc. Pero claro, eso es intocable para la derecha.
Vayamos a otra forma posible de recortes.
Para empezar, y ya que lo hemos mencionado, se podría empezar ahorrando los cerca de ocho millones y medio que nos cuesta cada año eso que llaman la Casa Real. Al menos rebajándolos sustancialmente hasta que los ciudadanos decidamos en referéndum qué tipo de Jefatura del Estado queremos: si la que nos legó general felón u otra que elijamos libremente.
Veamos, la única función constitucional del monarca es la de Jefe del Estado. Ahora que se van a publicar las partidas de ese presupuesto -¿incluirá las cinegéticas?-, nos adelantan que su sueldo, sin contar otros emolumentos, es el triple que el del Presidente del Gobierno. ¿Por qué?, si es políticamente irresponsable. Si cualquier discurso, nota o escrito tiene que ir refrendado por un ministro o por otro responsable del Gobierno. Y dado que esto es así constitucionalmente, lo lógico es que venga siendo ese responsable político el que escriba lo que se trate de primera mano.
Así, puesto que no tiene otra cosa que hacer que abrir y cerrar algún acto protocolario, que visitar y saludar a sus colegas extranjeros o entregar la copa de fútbol al ganador, podría prescindir de todo ese corps de garde y vivir de forma más modesta. Probablemente le bastara un par de asesores y un secretario. El resto del servicio que se lo pague con su sueldo como hacemos todos con la asistenta.
Y en cuanto a eso de la “Familia Real”; pues bueno, el que más y el que menos tiene una familia que se busca la vida.
En cualquier caso, resulta poco edificante, y claramente desmoralizador para cinco millones y medio de parados y muchos más en el precariado, que se gaste el dinero que le damos para disparar en Rusia a un oso domesticado borracho, o pague 30.000 euros por abatir a un elemento de la fauna africana protegida, como es el elefante, en Batsuana.
N.B. Dada la tradición esperpéntica de los accidentes por arma de fuego de esta Real Familia, en algún caso, claramente trágicos, pensamos que algún juez debiera dictar una providencia por la se retire los permisos de armas a los, al menos, miembros varones de esa dinastía.
La foto satírica es de “El Jueves”
La foto de la III República la he copiado de Palinuro, el blog de mi amigo Ramón Cotarelo.
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