Grecia fue la gran
rescatada, y parece que necesitará más inyecciones del BCE. Ahora todos dicen (Sarkozy, Barroso, Köhl…)
que nunca debería haber ingresado en la zona euro; que falseó datos para entrar y
que siguió falseándolos durante las dos legislaturas del derechista Karamanlis.
Este Jefe de Gobierno ocultó el enorme monto de la deuda; una deuda sostenida en la banca local,
controlada por los bancos de Francia y los públicos de Alemania. Cuando el
gobierno socialista de Papandreus relevó al conservador, se encontró con que
el déficit, que el último situaba en el 3.7%, era en realidad del 12.7%,
acabando finalmente en el 15.4%. Cierto es que la principal función de la oposición en el Parlamento es controlar los presupuestos del Gobierno.
Lo que parece más real es que los griegos engañaran, les
engañaran y se autoengañaran.
¿Quién dio el visto bueno para que se incorporaran al euro? ¿Acaso
no fue la institución financiera norteamericana Golmand Sachs la que maquilló
la deuda de Grecia, a cambio de embolsarse 600 millones de euros? ¿Qué hacía el
BCE, a sabiendas del monto de esa deuda, de la enorme evasión impositiva y de
la precariedad de su economía para generar un PIB que le permitiera cumplir sus
compromisos futuros?
Todos engañaron a Grecia y los griegos se siguen autoengañando;
que pinta, si no, que un jefe de Gobierno, elegido democráticamente en un
estado moderno, tenga que jurar su cargo ante la agrupación de fantoches que muestra la
foto de la izquierda. Pero, ¡ah!, las estadísticas dicen que el 97 por ciento de los
griegos pertenecen a la Iglesia
Ortodoxa griega, a esa reliquia del imperio bizantino
controlada por unos botarates, revestidos permanentemente de pontifical
carnavalesco (casi como los nuestros), que no pagan impuestos en sus feudos, ni
permiten la entrada a las mujeres ¡en la Grecia de personajes como Antígona o Clytemnestra! Para mayor escarnio tampoco admiten en su territorio a los animales hembras -excepto a las gallinas y algunas gatas-, equiparando así a todas las hembras del reino animal, mujeres incluidas.
Cómo pudieron olvidar aquel monte Olympo, donde convivían dioses inmortales con otros mortales (por cierto, como en el cristianismo) y ninguno se metía en política.
¡Ay, si el Dios del Trueno levantara la cabeza!
Cómo pudieron olvidar aquel monte Olympo, donde convivían dioses inmortales con otros mortales (por cierto, como en el cristianismo) y ninguno se metía en política.
¡Ay, si el Dios del Trueno levantara la cabeza!
Y todo ello en el pueblo que creó la democracia en el siglo V a.C. y que la mantuvo durante dos siglos, hasta la
hegemonía macedónica.
Otra de curatas
Hace pocos días el ex presidente Zapatero acudió a la Universidad Católica
de Ávila para mantener un debate con el obispo Cañizares. Iba acompañado, entre
otros, por el padre Bono y por el parachutiste
Sebastián. El debate corría bajo los
auspicios de La Razón.
Dicen que fue abucheado; lo extraño es que alguien de su
partido no le tirara a la cabeza yemas de Santa Teresa con caja y todo.
¿Por qué demonios se empeña este ex político en seguir
haciendo el gilipollas? ¿Acaso no lo hizo ya bastante en su segunda
legislatura?
¿Qué pretendía? ¿convertir a ese obispo mostrenco al ateísmo?
a ese ministro del Vaticano, que en declaraciones a la TV3 catalana consideraba peor
el aborto que los abusos sexuales y sevicias a menores. ¡Un tipo que
menosprecia un derecho y ensalza un delito!
Y que me dicen del ostentoso símbolo de la tortura que apoya ese cura en la barriga
Y que me dicen del ostentoso símbolo de la tortura que apoya ese cura en la barriga
J G Mardomingo
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